lunes, 1 de abril de 2013

BISTROT ARLEQUÍN (POLANCO)

Hace como dos meses me di cuenta que habían puesto un Bistrot Arlequín en Polanquito y desde ese día me dieron ganas de ir.  Lo que no había sido posible por cuestiones tales como un viaje de último momento al bello Mexicali o la falta de quórum.  Felizmente, hace algunos viernes, gracias a una muy tempranera invitación del Nono para ir a comer (8:16 a.m.) por fin pude conocerlo.

El restaurante está en una esquina muy cotorra en donde alguna vez estuvo el efímero Ludwig.  El lugar tiene muy poca decoración y está dividido en dos partes.  La terraza -que se ha vuelto una constante en los restaurantes de la zona- y el salón interior.  Adentro hay apenas unas 5 mesas porque la cocina abierta ocupa gran parte del espacio.  Incluso cuando pasas para el baño puedes ver todo lo que hacen los cocineros.  En mi opinión, en esta época de "verano chilango" está mucho más a gusto sentarse afuera. Si pueden agarrar mesa baja, mejor, porque las periqueras no están tan cómodas.  De hecho a nosotros nos tocó mesa alta y preferí comer parado.

Cuando pruebas la mantequilla de la casa (le ponen ajo y mostaza dijon), te das cuenta que todo va a estar muy bien...  Sólo tengan mucho cuidado, porque de la nada ya llevan 3 panes y hay que guardar lugar para el resto.  De primer tiempo pedimos una sopa de cebolla, que a decir del Nono estaba suficientemente cumplidora y una terrina de pimienta verde.  La terrina estaba muy buena, trae pepinillos encurtidos, un poco de mostaza, ensalada y es suficiente para compartir entre dos personas.  Son 4 rebanadas.  Recomiendo que se la coman con un pedazo de pan si no es que ya están medio empachados con los que se comieron al principio.  De plato fuerte pedimos el típico boeuf  bourguignon y un estofado de cordero con champiñones.  El boeuf cumplió con todo lo que se esperaba, aunque la pasta que traía de guarnición estaba muy sin chiste.  Mi estofado estaba rico y cremoso.  Si piden mi platillo, no dejen de tirarle encima al arroz salvaje la salsita de la carne.  Quedó buenísimo.  Para cerrar como corresponde, a instancia de mi acompañante, pedimos un crème brûlée.  La costra estaba suficientemente dura y el azúcar bien quemadito.  También muy rico.  Total, a esas alturas qué más daban un par de calorías más.

La verdad es una súper opción en la zona.  Y a pesar de que el servicio podría parecer medio desorganizado, se esfuerzan mucho por atender bien y normalmente te dan una buena solución.  Aunque sí les recomiendo que reserven porque ya se está llenando mucho. 

Dato curioso:  A pesar de lo que los meseros te decían cuando abrieron, no son los mismos que los del Arlequín de Río Nilo.  Supongo que hubo una de esas peleas tan típicas en los restaurantes y parte del equipo decidió abrir otro negocio.  Aun cuando le cambien el nombre a éste, me aventuro a decir que le va a ir muy bien.

Mejor forma de llegar:  Al igual que en todo Polanquito, mi recomendación es llegar caminando por aquello de la estacionada.  No tiene valet parking.

Costo: $800 pesos por los dos con todo lo que les conté además de dos cervezas y dos copas de vino.  Creo que el balance calidad/precio es muy bueno.

Boeuf Bourguignon con arroz salvaje
Bistrot Arlequín (Polanco)
Julio Verne esquina Alejandro Dumas y Masaryk
Colonia Polanco
D.F.
5292 4867 // 5292 8639
Correo electrónico:  reservaciones@arlequinbistrot.com