martes, 24 de julio de 2012

CANTINETTA DEL BECCO

Sábado por la noche y la eterna búsqueda de la felicidad hizo que me moviera desde un bautizo en la hermana república de Satélite (que más bien estaba tomando proporciones de bacanal romana) hasta los alrededores de Santa Fe.  Total que la "amiga de una amiga" y yo terminamos en la Cantinetta del Becco, no sin antes experimentar un intento fallido de llegar al muy recomendado Quattro provocado por mi mala memoria y los restos etílicos del bautizo del joven Milo.

Primero nos sentamos en la sección de no fumar, pero al ver que los únicos comensales eramos nosotros, preferí pedir que nos cambiaran a la terraza.  La diferencia entre los dos lugares era enorme, mientras la parte cerrada del restaurante se sentía obscura, demasiado sobria y vacía, afuera el ambiente estaba con todo.  La terraza, sin lugar a dudas, es el mejor lugar del restaurante, aparte tiene una vista increíble a un parquesito muy buen puesto que está detrás del centro comercial.

Cuando estábamos decidiendo qué ordenar se nos apareció el sommelier armado con un iPad para ofrecernos vino.  La carta de vinos es muy extensa y tienen etiquetas de muy buen nivel.  Como podrán imaginarse, el down side de esto es el precio.  Una vez que le apliqué manita de puerco al mesero para que me recomendara algo bueno, bonito y barato, nos dispusimos a ordenar.  Justo cuando íbamos a pedir llegó el que parecía ser el chef y después de preguntarnos qué nos gustaba y qué no, nos recomendó lo que a su parecer iba mejor con nuestro ánimo.  El resultado fue un carpaccio de atún toro de entrada, risotto de mariscos para ella y tagliatelle con setas para mí. 

El atún estaba delicioso, sólo venía con un poco de aceite sobre las piezas y algo de sal de grano.  El risotto de mariscos tenía camarón, calamar y langosta.  Aun cuando no me gusta demasiado la combinación de queso con mariscos, estaba muy rico.  Pero lo que de verdad se llevó la noche fue mi pasta.  A decir del chef, las setas las había escogido personalmente ese mismo día por la mañana en el mercado de San Juan.  Eran sólo 4 ingredientes: pasta, setas, aceite de oliva y un poco de parmesano.  Riquísimo.  Al final no aguantamos la tentación y pedimos un tiramisú.  Bueno, pero nada que te quite el sueño.

Como les decía, en la terraza el ambiente estaba muy bueno, de hecho había muchas mesas que sin ser adivino tenías la seguridad que llevaban ya un buen rato en la sobremesa a juzgar por el volumen de las risas tipo cantina y la cantidad de vasos y manchas en el mantel...  Según yo, este restaurante se presta perfecto para un date.  Lo que sí hay que tomar en cuenta es que a partir de las 10 de la noche le suben a la música, cuestión que puede frustrar el romanticismo de algunos.  Yo recomendaría que si quieren lugar en la terraza para la cena en jueves, viernes o sábado, reserven.  Finalmente, les puedo decir que que el servicio es muy atento y servicial.

Dato curioso:  No sé si fue un poco de cruda o simplemente tuve que haber pedido otra entrada, pero cuando iba para mi casa me paré en unos tacos que siempre había querido y me regalé 6 campechanos con salsa roja y un Boing de guayaba.  Sin duda curioso...

Mejor forma de llegar:  Está en el centro comercial del Westin de Santa Fe, así que como todo en Santa Fe, hay que llegar en coche.  Si son de los que cada que van al cajero sólo sacan $200 pesos como mi amigo Monroy y su servidor y no traen efectivo para el valet, hay un cajero en el hotel. 

Costo:  Caro.  Como siempre, el vino, los postres y los digestivos aumentan sustancialmente la cuenta.  Diría que el costo promedio por persona ya con propina está alrededor de los $700.

Cantinetta del Becco
Javier Barros Sierra 540.  Centro comercial Park Plaza.
Santa Fe
D.F.
5292 68 17 / / 5292 68 16
Website: www.cantinettadelbecco.com

domingo, 15 de julio de 2012

MORIMOTO

El resultado de mi férrea fuerza de voluntad para no tomar durante un mes derivó en que mi amigo Sánchez tuviera que invitarme a comer a donde quisiera, por lo que aprovechandome de la situación escogí el restaurante más nuevo del iron chef Morimoto.

Aun cuando la decoración estuvo a cargo del súper famoso Thomas Schoos (ustedes lo recordarán por el diseño del TAO en NY y The Wilshire en L.A., ambos súper ricos), yo no le entendí en lo absoluto y la verdad no me gustó.  A nosotros nos sentaron en un booth amarillo friégame la pupila de los que están cerca de la puerta.  También me pareció que había demasiado espacio entre las mesas y como el lugar estaba como al 50% se sentía muy vacío.

Bajo la premisa de "el que paga manda", dejé que mi amigo tomara las riendas de la orden y yo sólo escogí el sake, que dicho sea de paso, había tres: caro, muy caro y muy muy caro.  Obviamente me fui por el primero y que bueno porque fueron 4 botellitas...  La mesera nos recomendó que si queríamos la experiencia completa pidiéramos el omakase, que es el menú fijo que arma el chef ejecutivo del restaurante.  Como ya estábamos entonadones se nos hizo simpático pedir el de 8 tiempos. 

Sería muy largo hablar de todos los platillos, así que sólo voy a poner los que me llamaron más la atención.  Lo primero que nos trajeron fue una tablita que estaba dividida en tres secciones.  La de la izquierda traía puré de atún toro, la de la derecha puré de hamachi y en la del centro habían varios condimentos para mezclarlos con los purés, crema ácida, arroz inflado y pasta de alga nori.  El atún estaba delicioso y la presentación era inmejorable, por lo demás, nada del otro mundo.  Otro de los platillos fue un tipo flan de foie con pechuga de pato rostizada en el centro.  Estaba delicioso, definitivamente fue lo que más me gustó.  El plato más sustancioso traía res, camarón gigante y cerdo.  El camarón venía en un curry muy ligero y ya pelado.  El pedazo de carne era wagyu, que como saben, es una raza de reses originaria de Kobe en Japon, y sólo venía a la plancha.  Súper suave sin llegar a ser demasiado grasosa.  Muy buena.  La chuleta de cerdo también venía poco condimientada y traía una salsa semidulce que me recordó un poco al sabor de las ciruelas, pero nunca lo logré descifrar bien a bien de qué era.  De los postres no me acuerdo para nada, así que yo creo que no fueron nada espectaculares.  Eso o que el sake estaba muy rico.  Lo dejo a su elección.

La verdad no había mucho ambiente y eso que era viernes por la noche.  Creo que este lugar aplica para llevar a comer a tu jefe que vino de Estados Unidos o si tienes algún date con una de esas chicas que les encanta que les gasten, jajajaja.  Si van, no pidan el menú fijo o pidan el más barato de los tres que hay.  Sinceramente no considero que valga tanto la pena.  Si tienen ganas de ir, no creo que sea necesario hacer reservación, como les dije, hay poca gente.  Eso sí, vayan preparados para un buen sablazo.

Dato curioso:  La esposa de la Chiquita González está súuuuper exótica y le saca como una cabeza de altura.  Estaba en el booth de junto.

Mejor forma de llegar:  Está en el Camino Real de Mariano Escobedo, así que no hay mucho problema.  Lo que sí, el estacionamiento está carito. 

Costo:  Bastante caro, aunque creo que si piden a la carta y se la llevan tranquilo con el sake, el costo seguramente baja considerablemente.  Yo diría que en promedio sale como $1,000 por persona.

Morimoto
Mariano Escobedo 700.  Dentro del Camino Real de Polanco
Colonia Polanco
D.F.
5263 88 88
Website: www.morimotomexicocity.com
Twitter: @morimotomexico1

miércoles, 4 de julio de 2012

PORFIRIO'S

Hace un par de semanas quedé de comer con unos amigos de la universidad y se nos antojó algo nuevo.  Después de consultarlo con Sánchez, mi fiel compañero en asuntos del estómago, decidimos ir al Porfirio's.  De hecho el lugar nos había llamado la atención unos cuantos días antes al darnos cuenta que por fin había abierto algo en el fallido, caro y hoy extinto Terrasse Renault de Masaryk.

Ya en el restaurante lo que más me gustó del salón principal fue la cocina abierta.  Desde el Olivier de Torcuato Tasso me gustan mucho.  Como que da confianza ver qué es lo que están haciendo adentro.  Por cierto, tienen unas lámparas como de serpentina roja que más bien me recordaron a la Chilanguita/Los Remedios/Papa Bill's.  Seguro son lo último de lo último, pero a mí no me gustaron nada.  La mesa que nos dieron era una especie de periquera para 8 personas con sillas tipo butaca muy altas que, como quedaba pegada a la ventada que da a la calle, tenía muy buena vista de todo el restaurante.  Vale decir que para ser un restaurante más o menos nuevo tenía bastante gente.

Al ver la carta nos topamos con un menú que últimamente es común en muchos restaurantes.  Platillos que todos nosotros podríamos comer en nuestra casa, tipo albóndigas, puntas al chipotle o esquites, a los que intentan darles un giro gourmet; por supuesto con su correspondiente aumento de precio.  Yo pedí una sopa manolo y un new york steak.  La sopa en realidad era una crema de frijol con fideos.  Te la traen acompañada de aguacate, crema y queso fresco en una como olla de metal bastante padre.  Lo único que puedo decir es que es tanta que si no tienen mucha hambre la pueden compartir.  Por lo demás, tanto la sopa como la carne, nada del otro mundo.  Salvo por el grosor de la carne, una vez más me sentí en las pseudo cantinas de ambiente oficinista que mencioné arriba.  Otros de los que iban con nosotros pidieron torta de lechón y arrachera.  Probé los dos y otra vez, nada inolvidable, aunque por los precios uno podría esperar más.  Según el mesero, que por cierto era bastante movidito, la especialidad de la casa es el cabrito al horno.  Habrá que pedirlo para la siguiente a ver si es cierto...

El ambiente me recordó muchísimo al Harry's (después de todo son del mismo grupo) y a la 20.  Muchos hombres en sus 40s y 50s acompañados de "señoritas" notablemente más jóvenes y de muy buen ver.  Combinación ganadora para cualquier restaurante.  Cartera + atractivo visual.  Si lo que quieres es a echar una comida un jueves o viernes y matar la tarde al son de unas cubitas, el lugar queda como anillo al dedo.  Incluso tiene una terraza que va muy bien si hay muchos fumadores en el grupo.  Ahora, si lo que quieren es comerse una buena crema conde y unas puntas de filete a la albañil picantitas, tal vez sea el momento de empezar a buscar una cocina económica de confianza cerca de su trabajo o de plano lanzarse a la Surtidora, donde la comida tiene mejor sazón y está más barata.  Lo que sí, les recomiendo hagan reservación si tienen ganas de ir. Al parecer está muy de moda y se llena.

Dato curioso:  Cuando te traen los menús también te traen un caja muy simpática como de tés.  ¿Me creerían si les digo que la cajita está llena de lentes para vista cansada?  Creo que esto nos da una idea del target del lugar, ¿no?  Jajajaja...

Mejor forma de llegar:  Coche y caminando.  Tienen una bahía para recibir los coches. Así que nadie te va a ver feo por estar estorbando.

Costo:  Si te tomas una chela y una cuba además de tu comida, aproximadamente $600 por persona ya con propina.

Porfirio's
Presidente Masaryk 214
Colonia Polanco
D.F.
5280 86 02 // 5280 85 32 // 5280 14 94
Website:  www.porfirios.com.mx