jueves, 20 de septiembre de 2012

BELMONDO

A pesar de las previsibles consecuencias de las fiestas patrias, las ganas del Invete de desayunar algo "que abrazara el estómago" nos alejó de las tortas ahogadas del Pialadero de Guadalajara y me hizo sugerir el Belmondo, del cual había escuchado muy buenas cosas. 

Una vez en la Roma y después de dar unas cuantas vueltas para encontrarlo dada la maravilla de servicio de internet para celulares de la que gozamos en el país, llegamos.  La única decoración que recuerdo son unos como páneles de bejuco tejido (como el de las sillas) que están en las ventanas.  Se ven muy simpaticones.  Por lo demás, los muebles son bastante simples pero bien escogidos y sólo salta a la vista una barra bien surtida. 

Aun cuando llegamos alrededor de la 1 de la tarde el mesero todavía nos dio la carta de desayunos.  Tal vez influyó la cara de trasnochados que traíamos los tres...  Monroy y yo pedimos un croque madame y el Invete pidió un bisquet con huevo, tocino y queso.  Como seguramente saben, el croque madame no es más que un sandwich de queso con jamón, bañado con salsa bechamel y coronado con un huevo estrellado.  En este caso, el jamón era selva negra, que por cierto estaba muy bueno, y el queso era gruyer.  El toque especial del platillo era un aceite de chile embarrado en el plato.  De cualquier manera fue necesario el uso de salsa tabasco y pimienta.  A leguas se notaba que los ingredientes del sandwich eran de primera calidad, pero creo que estaba un poquito seco; igual lo devoramos.  Del bisquet, lo único que les puedo decir dado que no lo probé, es que se veía como el primo millonario y guapo del mcmuffin.  La diferencia de tamaños de los dos platillos es para tomarse en cuenta.  Mientras que el bisquet era más bien chico, el de nosotros era bastante grande.  Como nos quedó un huequito, de postre pedimos un pan francés para compartir.  Fue mi platillo favorito.  Dos rebanadas del mismo pan gigantesco del croque, súper doradas por fuera, suaves por dentro, espolvoreadas con canela y azúcar morena y encima miel de piloncillo.  Por supuesto no podía faltarle el adornito de frambuesas y moras azules.  Muy muy recomendable.  Por cierto, de tomar pedí un agua de fresa con guayaba muy rica.

La verdad el lugar está agusto para desayunar.  Hay de todo.  Desde familias completas hasta gente en pants que viene de pasear al perro.  La hostess y los meseros, todos hipsterosamente ataviados, son muy serviciales y amables.  Algo que vale la pena resaltar y que todos los restaurantes deberían de hacer es que en cuanto llegamos nos pusieron en la mesa una jarra de agua.  Se me hizo buen detalle.  Sin duda me quedaron ganas de regresar para la comida.

Dato curioso:  Si estás muy golpeado por la fiesta de la noche anterior, los domingos puedes pedir tacos de barbacoa.  A juzgar por todos los que sirvieron mientras estuvimos ahí, supongo que están muy buenos.  No están en la carta.

Mejor forma de llegar:  Como era domingo 16 de septiembre, nos fue muy fácil estacionarnos.  Tal vez en otro horario haya que batallar para encontrar lugar.

Costo:  Ya con propina cada uno pagamos $155.  Como muchos lugares en la Roma, no aceptan AMEX.

Belmondo
Tabasco 109
Colonia Roma
D.F.
6273 20 79

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